El juez federal argentino, Daniel Eduardo Rafecas, ordenó la detención de cuatro libaneses radicados en la Triple Frontera, entre ellos Hussein Mounir Mouzannar, acusado de haber colaborado y participado en el atentado a la AMIA, ocurrido en Buenos Aires en Julio del 1994. Se trata de un conocido empresario que opera desde Ciudad del Este en diversas ramas comerciales, conjuntamente con su clan familiar.
A poco de cumplirse 29 años de los trágicos hechos, el mismo nunca afrontó a la Justicia, utilizando a nuestro país como refugio durante todo este tiempo. Según fuentes fidedignas, el calificado como fundamentalista islámico contaría con alta protección de las autoridades nacionales, y nunca se habría alejado de sus vínculos con la organización musulmana chií, Hezbollah.
El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 6 de la República Argentina, a cargo del magistrado Daniel Eduardo Rafecas, ordenó la detención de los libaneses Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Farouk Abdul Hay Omairi y Abdallah Salman alias José El Reda. La detención fue solicitada por el fiscal Sebastián Lorenzo Basso, de la Unidad Fiscal para la Investigación de la Causa AMIA (UFI-AMIA).
Según trascendió desde medios de prensa del vecino país, el fiscal de la UFI AMIA reclamó las detenciones para poder tomarles declaración indagatoria como sospechosos del ataque. A su criterio, está “suficientemente acreditada su pertenencia y/o cooperación con la banda criminal que denominaré brazo armado del ‘Hezbollah’”.
“He de hacer lugar y autorizar la medida cautelar solicitada a los fines del cumplimiento de las indagatorias dispuestas. Ante ello, dispónese la captura nacional e internacional de Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Abdallah Salman y Farouk Abdul Hay, consecuentemente, líbrense las correspondientes órdenes”, dispuso la resolución firmada en las últimas horas por el juez Rafecas.
El atentado con coche bomba a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ocurrido el 18 de Julio de 1994 en Buenos Aires, es el peor de la historia argentina. Dejó como saldo 85 muertos y más de 300 heridos, según los reportes oficiales. Fue atribuido por la Justicia a altos funcionarios del Gobierno de Irán, encabezados por el entonces presidente Ali Rafsanjani, y a la organización terrorista musulmana chií Hezbollah; hipótesis sostenida por la dirigencia judía argentina y por Israel.
El 30 de noviembre pasado, el fiscal Basso formalizó su acusación: imputó por asociación ilícita armada agravada por su finalidad discriminatoria, y requirió que se convoque al proceso a Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Abdallah Salman alias José El Reda y Farouk Abdul Hay Omairi, al considerar “suficientemente acreditada su pertenencia y/o cooperación con la banda criminal que denominaré brazo armado del Hezbollah.
La Fiscalía sostuvo que debían responder penalmente como “coautores” del atentado “por su pertenencia y colaboración con una banda armada, agravada por su finalidad discriminatoria”. El imputado Hussein Mounir Mouzannar cuenta con cédula de identidad paraguaya, y se trata de un conocido empresario que opera desde Ciudad del Este en diversas actividades comerciales, conjuntamente con su clan familiar.
El mismo es propietario de edificios en el microcentro de la capital de Alto Paraná, una conocida tienda de venta de aparatos electrónicos en la Galería Jebai Center, una fábrica en la ciudad de Minga Guazú, además de estancias agroganaderas y valiosos inmuebles en Asunción.
Según datos extraídos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), su empresa denominada Agroganadera Santa Felicidad S.A. es propietaria de la fábrica TENDREX S.A., ubicada en el Km 13 lado Acaray de la ciudad de Minga Guazú, que produce cartón y papel a gran escala. Además, la agroganadera es propietaria de un valioso inmueble ubicado sobre la avenida España casi General Bernardo O’higgins, barrio Villa Morra de la capital del país.
Mouzannar es calificado como muy “influyente” dentro de la comunidad libanesa en Ciudad del Este, ya que contaría con protección policial, política y judicial. A poco de cumplirse 29 años del trágico atentado en el cual está acusado de haber participado y colaborado junto a los extremistas, utiliza al Paraguay como su refugio y aguantadero, evitando de esta manera afrontar y someterse a la justicia argentina y permanecer impune. Se espera que esta vez el partidario de la organización terrorista sea extraditado al vecino país, teniendo en cuenta que la orden de captura internacional ya fue remitida por el juez encargado a la Interpol.
