Camaristas aprovechan feria judicial para liberar
a joven que casi mata a su madrastra a botellazos
SANTA RITA. Los jueces de la Cámara de Apelaciones en feria judicial, Nilda Estela Cáceres (preopinante), Raúl Insaurralde y Marta Acosta, otorgaron arresto domiciliario a Beatriz Miranda Witcel, una joven imputada por intento de homicidio tras atacar salvajemente a su madrastra con una botella rota. La decisión, que dejó sin efecto el rechazo del juez de garantías y del fiscal de la causa, ha generado indignación, ya que la víctima ahora vive atemorizada por las amenazas constantes de su agresora.
El crimen ocurrió el 30 de noviembre de 2024 en el barrio Campiñas Verdes de Santa Rita, cuando Miranda Witcel atacó a Vanidi Ferreira do Vale con una botella de vidrio rota, provocándole heridas profundas en el cuello, abdomen, espalda y brazos. La gravedad del caso llevó al fiscal José Silguero a imputar a la presunta autora por intento de homicidio y ordenar su reclusión en la cárcel de mujeres de Ciudad del Este «Juana María de Lara».
Sin embargo, pese a la oposición del juez penal de garantías de Santa Rita, Bernardo Silva, y del propio fiscal, la defensa de la imputada, encabezada por la abogada Liz Mabel Fernández, presentó un recurso de apelación ante la Cámara de Apelaciones de feria judicial. Los jueces Nilda Estela Cáceres, Raúl Insaurralde y Marta Acosta ni pestañearon en revocar la decisión inicial y el 22 de enero pasado, concedieron el arresto domiciliario a la joven mediante el Auto Interlocutorio n° 11, a pesar del peligro evidente que representa para la víctima.
TEME POR SU VIDA
Durante la audiencia de revisión de medidas, la víctima también estuvo presente y expuso el temor que tenía por su vida. Pero eso no importó para que los magistrados otorgaran la medida alternativa a la violenta mujer. Desde su liberación, Beatriz Miranda Witcel ha continuado amenazando a su madrastra, quien ahora vive con miedo ante la posibilidad de que la agresión se repita. «Mi vida sigue en peligro. «Ella ya intentó matarme una vez, y ahora que está libre, no tengo ninguna garantía de que no lo vuelva a hacer», habría manifestado la víctima a personas cercanas.
El fallo ha desatado una ola de críticas, principalmente en el ámbito judicial, donde corren los rumores de que los citados magistrados supuestamente habrían cobrado G. 30 millones cada uno para otorgar el arresto domiciliario. A este caso se suma otra serie de resoluciones cuestionables dictadas durante la feria judicial, donde ciertos magistrados aprovechan el receso para conceder medidas alternativas a cambio de beneficios económicos, sin considerar la gravedad de los casos ni la seguridad de las víctimas.
EL CASO
De acuerdo con el informe de la subcomisaría 41ª de la colonia Cerro Largo, la noche del ataque, la imputada y la víctima estaban compartiendo tragos con familiares y amigos en un local gastronómico. Un juego de billar derivó en una discusión, que rápidamente escaló hasta volverse una agresión brutal. Miranda Witcel golpeó a su madrastra con bofetadas y puñetazos antes de romper una botella de cerveza y usarla como arma. La víctima, gravemente herida, fue trasladada a un centro médico, donde un médico forense confirmó la gravedad de las lesiones. En ese entonces, el fiscal del caso refirió que «definitivamente, la mujer estaba viva gracias a un milagro de Dios», tras ver el estado de Ferreira do Vale después del ataque.
IMPUNIDAD JUDICIAL
El caso genera fuertes cuestionamientos hacia el sistema judicial, pues el arresto domiciliario concedido a Miranda Witcel deja en evidencia cómo algunos magistrados otorgan beneficios al mejor postor, incluso en casos de violencia extrema.
